En El Álamo, comprendemos a la familia como un sistema vivo, donde todo está interconectado. Cuando uno de sus miembros atraviesa una dificultad, muchas veces es la expresión de algo más amplio que afecta a todo el grupo. La terapia familiar permite mirar esos vínculos desde una nueva perspectiva, reconociendo lo que necesita ser sanado, actualizado o transformado.
Durante las sesiones, se crea un espacio seguro para observar cómo se comunica la familia, cómo se vinculan entre sí sus miembros y qué roles ha adoptado cada uno. No se trata de buscar culpables, sino de comprender el funcionamiento conjunto para encontrar formas más saludables de relacionarse.
- Entender el síntoma familiar como un mensaje del sistema.
- Promover el crecimiento individual y grupal.
- Fomentar la autonomía de cada miembro sin perder el sentido de pertenencia.
- Repartir la responsabilidad de lo que ocurre, sin cargar todo en una sola persona.
- Mejorar la comunicación, haciendo espacio a una expresión más clara, auténtica y empática.
La terapia familiar puede ser el lugar donde el conflicto se convierte en oportunidad y donde cada voz encuentra su lugar. La terapia familiar puede ser el lugar donde el conflicto se convierte en oportunidad y donde cada voz encuentra su lugar. Es una herramienta valiosa para afrontar transiciones, acompañar procesos de cambio y reforzar el bienestar emocional colectivo. También puede ayudar a prevenir futuros bloqueos, favoreciendo relaciones familiares más sólidas y nutritivas.