¡Aviso a navegantes! Anticipo que me declaro una firme defensora de la terapia online y es lo que vengo a defender en esta entrada del blog: se puede hacer buena terapia de manera online (o eso aseguran mis pacientes y lo afirmo yo como paciente también).
Hoy en día la palabra “online” está por todas partes. Se ha convertido en ‘trending topic’ debido a la situación del coronavirus. Y, claro, leer o escuchar “terapia online” también, aunque despierta temores y dudas.
Pero, ojo, no es algo novedoso en psicología ni reciente. Y esto es lo importante. Hay investigación que avala el trabajo terapéutico que se realiza en las sesiones online.
La terapia online es un recurso magnífico para la gente que necesita iniciar su proceso de sanación y desarrollo. En este sentido, la situación que vivimos por el coronavirus nos ha hecho integrar lo online como una manera más de vivir y ha facilitado que muchas personas rompan su miedo a recibir terapia online.
Pero aún hay otras reticentes a esta manera. Si eres una de esas personas, por favor, sigue leyendo. Y si ya estás convencido/a de que esto sirve, te recomiendo que no lo dejes pasar más y te animes a pedir ayuda.
Mi experiencia como psicoterapeuta online y presencial es que la terapia online me permite realizar muchas cosas que también las hago de manera presencial. Es más, puedo usar otras cosas y ver desde ángulos que no veo de manera presencial.
No es mejor que la presencial. Ni tampoco la presencial es mejor. Es otra manera de hacer psicoterapia y psicología totalmente efectiva y que también permite crear un entorno de seguridad, cálido, íntimo, confidencial y respetuoso.
Está en manos de/la terapeuta crear ese entorno y ese clima de confianza, y aprovechar los recursos que estén en su mano para acompañar a la persona que lo pide.
Si tienes dudas, te recomiendo que pruebes y te des esa oportunidad. Si no te funciona, pues siempre podrás parar el proceso.