En El Álamo, comprendemos a la familia como un sistema vivo, donde todo está interconectado. Cuando uno de sus miembros atraviesa una dificultad, muchas veces es la expresión de algo más amplio que afecta a todo el grupo. La terapia familiar permite mirar esos vínculos desde una nueva perspectiva, reconociendo lo que necesita ser sanado, actualizado o transformado.
Durante las sesiones, se crea un espacio seguro para observar cómo se comunica la familia, cómo se vinculan entre sí sus miembros y qué roles ha adoptado cada uno. No se trata de buscar culpables, sino de comprender el funcionamiento conjunto para encontrar formas más saludables de relacionarse.